En las próximas entradas del blog voy a desarrollar cada uno de los ocho servicios que ofrezco, con el fin de que conozcáis un poco más en detalle mi trabajo. En la práctica estos ocho ámbitos no son estancos, y todos o la mayoría de ellos, están interrelacionados, por lo que una intervención orientada a mejorar la eficiencia de un equipo es probable que lleve a que se den menos conflictos y a mejorar el clima laboral, por ejemplo.

El primero de los ámbitos en el que trabajo es en lo que llamo despertar conciencia. ¿Conciencia de qué?, os preguntaréis. De la importancia de poner a las personas en el centro de la organización. ¿Y qué significa esto que tan a menudo se dice y no tan a menudo se practica? Para mi, simplificándolo mucho, implica atender primero las necesidades de las personas y después las necesidades de la organización, pues sin personas no hay organización.

Lo explica muy bien Eugenio Moliní en su libro “Participación genuina” cuando dice que las organizaciones sanas se rigen por la lógica de la eficacia y las personas sanas se rigen por la lógica de la felicidad. Y que es una pérdida de tiempo y de dinero que, además, echa a perder la motivación y el compromiso de empleados y colaboradores, cuando la tensión entre ambas lógicas se resuelve dando primacía a la lógica de la organización en detrimento de las personas.

Poner conciencia a este dilema estratégico entre las dos lógicas -la de la eficacia organizacional y la de la felicidad personal- es fundamental en una organización. Y a partir de ahí dar los pasos oportunos para que se cumplan los requisitos necesarios para que las personas trabajen alineadas con la estrategia de la eficacia organizacional, y al mismo tiempo que les resulte posible buscar su felicidad profesional trabajando en tareas que tengan sentido para ellas.

Esta “felicidad profesional” de la que habla Moliní, es para mi algo similar a lo que denomina Frederic Laloux en su conocido libro “Reinventar las organizaciones” como “plenitud”, y va en la misma línea que el concepto de “satisfacción plena” del que hablo en el propósito de HumORG, Humanizando las Organizaciones. Laloux explica con multitud de ejemplos reales lo beneficioso que es para las organizaciones generar entornos de trabajo seguros en los que las personas logren la plenitud. Entendida ésta como un “mostrarnos tal y como somos”, un “quitarnos la máscara profesional” y acudir al trabajo con todo nuestro Ser.

Y para ti, en tu organización, ¿cómo sería mostrarte tal y como eres realmente?